
Siguiendo el hilo de la argumentación de los teólogos católicos, la mejor explicación - a mi juicio -dada por un ulema musulmán, es un comentario a raíz de la mención en una tradición que el Profeta del Islam que vio - en su viaje al cielo y al infierno - a unas personas bebiendo sangre de un rió de dicho fluido; el ulama explico que a diferencia de este plano en que las acciones buenas o malas no tienen plasmación alguna en la realidad, en la otra vida, todo acto tiene una plasmación en dicha realidad, osea, cada acto crea un marco vivencial que lo refleja.
Por lo cual, esa gente que bebía sangre, era porque en vida había cometido el pecado de la usura, al ser esta una forma de estrujar a las personas, sangrandolos de a poco, dicho pecado se había expresado como vivencia en el otro mundo en el castigo de beber sangre. En este punto ambas visiones tiene en común, que el infierno en si se crea en base a las acciones de los condenados, o en este caso los castigos, por lo cual, son las mismas personas las que crean, sus propios infiernos y castigos
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